Ver: Bizcocho de chocolate, en 5 pasos
La receta
(Todas las medidas son en cucharadas soperas, para dos personas)
1 huevo
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de aceite
2 cucharadas colmadas de harina
2 cucharadas colmadas de chocolate en polvo
6 cucharadas de leche
1 cucharada de Ron, Coñac o similar (opcional)
1 cucharada rasa de levadura en polvo
Mucho amor 🙂
El proceso
1 – Mezclar con batidora todos los ingredientes salvo la levadura.
2 – Agregar la levadura y mezclar con una cuchara o lengua de gato.
3 – Dejar reposar durante 5 minutos.
4 – Poner en uno o dos recipientes aptos para microondas.
5 – Poner el microondas máxima potencia durante 3 minutos.
El previo
A veces me pregunto por la vida y la muerte. ¿Qué será eso de la muerte? ¿Tendrán razón los que dicen que ahí se acaba todo?, entonces, ¿qué sentido tiene la vida, para llegar a ningún sitio?
O aquellos que dicen que reunidos con comunión con la divinidad alcanzaremos todos los placeres y toda la sabiduría. Que todas nuestras preguntas tendrán una respuesta correcta. ¿Pues vaya aburrimiento, no? Eso es como si vas a comprar una revista de crucigramas y te los dan resueltos.
¿Hay algo intermedio a lo que pueda opositar?, es que a mí me gusta investigar y aprender. Vamos que si voy www.paraisopedia.com y resulta que están las respuestas me voy a aburrir un montón, vamos, toda la eternidad.
Me gusta aprender, y estos artículos con hilo argumental de recetas de bizcochos me van a servir para explicar un proceso de aprendizaje que he sufrido en propias carnes, que yo he ido siguiendo. Transcribo mis sentimientos, mis pensamientos, mis éxitos y errores.
La historia
Era la primera vez que hacía un bizcocho de chocolate.
Había visto en televisión, en internet y a mis amigos hacer bizcochos en general y bizcochos de chocolate en particular.
Me animé a probar.
Usé los ingredientes que había visto que se usaban en otros bizcochos.
Sabía que la harina y el huevo eran fundamentales.
Algo me había oído que el aceite también era importante.
El chocolate y el azúcar, por descontando que, no podían faltar.
La leche, supuse, agregaría esponjosidad. Me gustan los bizcochos esponjosos.
La proporción la imaginé. Hice una especie de media subjetiva de todo lo que había visto y leído.
El motivo
Quería saber si era capaz de hacer un bizcocho de chocolate con una mínima calidad.
Para mí era un reto. Iba a realizar una actividad para la que no estaba preparado.
No era peligrosa, ni costosa.
Salvé la primera dificultad para emprender, traspasar mi propia frontera de límites autoimpuestos. Mis prejuicios de que era un torpe repostero, cuando este juicio no tenía fundamento; nunca había probado a hacer bizcochos.
El resultado
Francamente espectacular. Me sentí muy ilusionado.
El éxito me animó, me hizo sentir bien. Tenía ganas de probar más. ¿Repetir? No, quería aventurarme en otro reto.
¿Me pregunto qué hubiese ocurrido si hubiese fracasado? ¿Habría sido capaz de superarlo y volver a repetir la experiencia? ¿O por el contrario habría encontrado otra actividad que me hubiese hecho olvidar la derrota?
No lo sabré, y creo que me aterra creer que podría haber sido vencido por el desánimo.
Tal vez nunca pensé en el fracaso, por eso incluí como ingrediente “mucho amor”. Una vez se lo oí decir a una amiga. Me pareció una marca personal, un “branding”, interesante. Nunca habría puesto una marca personal a algo en lo que no creía.
También agregué la coletilla de “… en 5 pasos”. Hay muchos artículos en internet que previenen al usuario del tiempo o las acciones que necesitará para completar el trabajo. Tal vez, creo, todos esos blog no estén equivocados, y ese añadido resulte atractivo al lector.
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