Update!; ¡Cambia de chip!
Quienes desarrollaron los primeros programas informáticos tienen ahora más de cincuenta años. Son los programas que ahora controlan nuestra vida; gestión de nóminas, cuentas corrientes, tarjetas de embarque, reserva de hoteles, etc.
Son profesionales que han demostrado que ser capaces de trabajar duro y bien. Sin embargo ahora están fuera del mercado de trabajo.
Son profesionales cuya titulación puede que no sea específica. Fueron reciclados de otras áreas; como la financiera, científica o ingeniería.
Podemos culpar al mercado de trabajo de esta situación. Un mercado de trabajo que apuesta por trabajadores más jóvenes con estudios más recientes y específicos. Menospreciando a estos trabajadores de antaño que han demostrado su valía sobradamente incluso adaptándose a un puesto de trabajo que en aquel momento estaba todavía por concretarse.
También hay argumentos económicos, ¿cuanto puede cobrar menos un nuevo titulado que una persona que ya tiene un bagaje laboral?
De todos los argumentos que se podrían agregar a esta lista me gustaría desarrollar el que trata de la formación.
Estos profesionales, con mucha experiencia, han quedado anclados en herramientas obsoletas.
Si todas las disciplinas cambian a lo largo del tiempo, la de informática es como la alegoría de Saturno devorando a sus hijos, tan bien representada por Francisco de Goya.
Para este grupo aprender nuevas técnicas no tenía ningún incentivo. Temas con Twitter o FaceBook se les antoja de jovencitos. Ellos tienen amigos con los que quedan a tomar vinos, a los que llaman por teléfono para quedar. No tienen que ahorrar en sus llamadas, no necesitan herramientas que abaraten su forma de comunicación. Les cuesta más aprender a usar WhatsUp que pagar el coste de establecimiento de una llamada.
Mejorar en programas como Excel o Access no tenía el menor interés. A lo largo de su carrera han visto muchos programas que nacían y se extinguían. Estos también desaparecerán, piensan.
Ese ha sido el error fundamental, a mi juicio. La metonimia entre el fundamento tecnológico y el programa más extendido.
Pensemos en Excel. Está más extendida la palabra Excel (617.000.000) que Hoja de cálculo (41.300.000) en la búsqueda de Google en español. Antes de Excel existieron otras hojas de cálculo, como por ejemplo Lotus 1-2-3 o SuperCalc. Ahora existen otras alternativas en suites ofimáticas como LibreOffice, OpenOffice o IBM Lotus Symphony. De hecho existen varias versiones de Excel que ahora todavía se usan ampliamente: desde la 97 hasta la 2011.
Cuando “aprendemos Excel” lo hacemos sobre una versión de Excel, con a lo sumo dos años de vida. Aprendemos donde está el botón para imprimir en Excel, como colorear una celda en Excel y en general como manejar todas las herramientas en Excel, cuando esa versión caduque, parte de ese conocimiento de la herramienta no servirá para nada. Pero no habrá aprendido solo eso, además se adentrará en la filosofía con la que se rigen las hojas de cálculo, y ese conocimiento sobrevivirá a la obsolescencia de la versión con la que aprendió. Yo aprendí Excel en la versión 5, cuando todavía no estaba integrado en una suite ofimática. Pero antes ya conocía Lotus 1-2-3.
Por eso aprender a manejar Twitter, o FaceBook no tiene más trascendencia que la que puede tener aprender a manejar su reproductor de DVD. Lo importante es quedarse con la idea de que necesidad cubre esa herramienta, para qué se utilizar, qué público la utiliza y porqué, como evoluciona en su interface; eso es lo realmente importante
Programación orientada a objetos o patrones de diseño como MVC no son aplicables en los compiladores imperativos con los que se ha trabajado habitualmente. Pero eso no es una escusa para no aprender C++, o Java, o PHP, o CSS. Estos lenguajes son herramientas que nos permitirán materializar esos conceptos.
Cuando se aprende una cosa y otra y otra diferente la sensación es que no cambian tanto las cosas, es la forma en que se manifiestan.
Cobol no tiene funciones que encapsulan código, mucho menos programación orientada a objetos; pero tiene una sentencia CALL que permite llamadas a programas que pueden encapsular funcionalidades, equivalente que las funciones. No podemos trasladar el código C, pero sí su idea.
La sintaxis de C puede ser novedosa; conociéndola lenguajes como Java, PHP, JavaScript son mucho más accesibles.
Twitter, WhatsUp, Line son programas que basan su funcionamiento en la comunicación a través de sockets. Esto lo usé yo hace más de 20 años en sistemas Unix, y me consta que el sistema Unix es bastante más antiguo. Como informáticos una interface no debe ocultarnos la funcionalidad, son herramientas de comunicación instantánea.
FaceBook es similar a una office de correo web con funcionalidades extendidas.
Al final son los mismos perros con distintos collares, pero hay que conocer esos collares.
¿Recuerda porqué desechó su anterior ordenador? Funcionaba perfectamente, pero no era capaz de trabajar con el nuevo editor de textos con el que todos trabajaban, no podía conectarse a su nueva cámara de fotos digital. Era el mismo hardware; pero su software no se podía mejorar, se había quedado obsoleto. No es necesario que continúe, ¿verdad?
Es importante la formación para cambiar el chip. No importa el programa, importa la herramienta. Y la formación no solo es necesaria en informática.