Fr€€ no es grati$, II

[GE]: En el caso de comprar un programa comercial el precio será medio, con respecto a las otras opciones que tiene.  Con casi toda posibilidad tendrá una opción de soporte por la que tendrá que pagar anualmente.  El soporte incluirá asistencia telefónica y actualizaciones.  En el mejor de los casos tendrá partners, que le podrán orientar en el mejor uso del programa.  Pero que nunca podrán cambiar el funcionamiento ni las características fundamentales.

La relación con la empresa creadora será inexistente.  Con los programadores en un continente, el soporte telefónico en otro y los directivos en otro, la propuesta de mejora pasará por un frío formulario web de encuestas y estadísticas.  Usted será una gota de agua en un océano.

¿No cuesta dinero?
Imagen: http://upload.wikimedia.org

[EL]: La siguiente opción es encargar el software a una empresa local.  En este caso la relación con los desarrolladores será más cercana.  La figura del partner y de la empresa desarrolladora suelen fundirse en una sola.  Podrá negociar y proponer las mejoras que necesita.  Incluso es posible que pueda solicitar que alguien se desplace a instalarla y formarle.  Como la empresa es más pequeña es más flexible a las peticiones del cliente.  Dispone de menos clientes y por lo tanto quiere tenerlos satisfechos.  Las modificaciones que necesite podrá pactarlas, puede que no tenga que pagar por ellas si tiene un contrato de mantenimiento.  O que sea un precio muy ajustado porque los desarrolladores repartan el tiempo invertido entre otros clientes con las mismas necesidades.  O que le pidan un precio elevado, con dos opciones:  pagarlo o resignarse.  Pero siempre tendrá la opción de pagar, en el primer caso esta posibilidad no existía.

[FW]: La opción de usar software libre resulta muy económica, se baja el programa y siguiendo las instrucciones se instala.  En las instrucciones aparecen textos en inglés, francés, algo de polaco, una cosa parecida al klingon, y unas palabrejas que considera deben ser de la jerga informática porque sea cual sea el texto en el que aparezcan nadie a tenido ánimo de traducirlas: FTP, SQL, Web Service, XML, SOAP, HTTPS, …

En este momento es cuando tiene que llamar a un informático para que instale el engendro.  Con un precio pactado, que siempre considerará abusivo por la instalación de un programa gratuito, el sujeto pulsa dos veces el ratón, golpea la mesa y entre vociferancias y exabruptos en unos cinco minutos pone su tienda en funcionamiento.  El precio ha debido de ser menor considerablemente que el resto de opciones.  El informático siempre considerará que la tapa de calamares a la que ha sido invitado y las cañas son un extra a sus esfuerzos y no el adelanto de sus honorarios.  También podría haber contratado a alguna de las empresas dedicadas a dar soporte a programas gratuitos, en versión presencial y online.  Si existen es porque son necesarias, créame.

[AM]: La última de las opciones a tener en cuenta es la del programa hecho a medida.  Cuesta un dineral.  El tiempo de desarrollo se eterniza principalmente porque no hay un plan inicial de lo que se quiere.  Cada muestra de los avances del programador se convierte en un rediseño de los planteamientos, es el conocido “Yaque”:  “Ya que puede mostrar el IVA, que ponga también el precio en yenes”, “Ya que tiene para enviar correos, que felicite el cumpleaños”, “Ya que …”

Por fin se instala.  Y ahora viene cuando hay que trabajar con la tienda.

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